miércoles, 26 de noviembre de 2014

Friedrich Nietzsche: El problema de Sócrates; Aforismo III


Sócrates pertenecía, por su procedencia, al pueblo más bajo: Sócrates era plebe. Se sabe, se ve incluso todavía, qué feo era. Pero la fealdad, en sí misma una objeción, entre los griegos es casi una refutación. ¿Era Sócrates siquiera un griego? La fealdad es no pocas veces expresión de una evolución cruzada, inhibida por cruzamiento. En otro caso aparece como evolución decadente. Los antropólogos entre los criminalistas nos dicen que el criminal típico es feo: monstrum in fronte, monstrum in animo.1 Pero el criminal es un décadent. ¿Era Sócrates un criminal típico? Al menos no lo contradice aquel famosos juicio de un fisonomista que tan escandaloso sonó a los amigos de Sócrates. Un extranjero, que entendía de caras, cuando pasó por Atenas dijo a Sócrates en su cara que era un monstrum, que albergaba en sí todos los vicios y apetitos malos. Y Sócrates se limitó a responder: <<¡Me conoce, señor mío!>>.


1<<Semblante monstruosos, alma monstruosa.>>
 

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