sábado, 6 de junio de 2015

Friedrich Nietzsche: El problema de Sócrates; Aforismo VI



Solamente se elige la dialéctica cuando no se tiene ningún otro recurso. Se sabe que con ella se despierta desconfianza, que persuade poco. Nada es más fácil de borrar que el efecto que hizo un dialéctico: así lo muestra la experiencia de toda asamblea en el que se hable. Sólo puede ser legítima defensa, en las manos de quienes ya no tienen otras armas. Hay que verse obligado a pugnar por el propio derecho: antes no se hace uso de ella. Por eso eran dialécticos los judíos; el zorro Reinecke lo era: ¿cómo?, ¿y también Sócrates lo era?

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