Isaac Newton (1642-1727)
Isaac Newton nació prematuramente el
día de Navidad de 1642, y apenas pudo sobrevivir. Su lugar de
nacimiento fue la granja de su madre en Woolsthorpe, Inglaterra. Como
su padre había muerto pocos meses antes, creció bajo el cuidado de
su madre y su abuela. De niño no mostró señales específicas de
brillantez, y a la edad de 14 años y medio lo sacaron de la escuela
para trabajar en la finca de su madre. Fue un fracaso como granjero,
ya que prefería leer los libros que le prestaba un boticario vecino.
Un tío captó el potencial intelectual del joven Isaac y lo animó a
estudiar en la Universidad de Cambridge, lo cual hizo durante 5 años.
Se gradúo sin distinciones especiales.
Una peste azotó a Inglaterra y Newton
se retiró a la finca de su madre, esta vez para continuar sus
estudios. Allí, a los 23 y 24 años, estableció las bases del
trabajo que lo haría inmortal. Al ver caer una manzana al suelo,
pensó que la fuerza de gravedad se extiende hasta la Luna y más
allá. También formuló la ley de gravitación universal y la aplico
para resolver el enigma milenario del movimiento de los planetas y de
las mareas del océano; inventó el cálculo, herramienta matemática
indispensable de la ciencia. Amplió los trabajos de Galileo y
formuló una teoría sobre la naturaleza de la luz, y demostró, con
prismas, que la luz blanca está formada por todos los colores del
arco iris. En un inicio fueron sus experimentos con los prismas los
que lo hicieron famoso.
Cuando cesó la peste, Newton regresó
a Cambridge, y pronto estableció su reputación como matemático de
primera línea. Su maestro de matemáticas renunció en su favor, y
Newton fue contratado como profesor Lucasiano de matemáticas.
Conservó este puesto durante 28 años. En 1672 fue elegido miembro
de la Real Sociedad, donde demostró al mundo su primer telescopio
reflector, el cual todavía se conserva en la biblioteca de la Real
Sociedad, en Londres, con la inscripción: “El primer telescopio
reflector, inventado por Sir Isaac Newton y construido con sus
propias manos.”
No fue sino hasta los 42 años de edad
que comenzó a escribir lo que en general se considera el libro
científico más grande que se haya escrito, Principia Mathematica
Philosophiae Naturalis. Lo
escribió en latín y lo terminó en 18 meses. Salió de la imprenta
en 1687, y no se imprimió en inglés sino hasta 1729, dos años
después de su muerte. Cuando se le preguntaba cómo pudo hacer
tantos descubrimientos, Newton contestaba que llegó a las soluciones
de los problemas no por repentina inspiración, sino meditando
continua e intensamente durante mucho tiempo acerca de ellos, hasta
que pudo resolverlos.
A la edad de 46
años sus energías se apartaron algo de la ciencia cuando fue electo
miembro del Parlamento. Asistió durante dos años a esas sesiones, y
nunca pronunció un discurso. Una vez se levantó y los asistentes
quedaron en silencio para escuchar al gran hombre. El discurso de
Newton fue breve; tan sólo pidió se cerrara una ventana, porque
había una corriente de aire.
Se
siguió apartando de sus trabajos científicos cuando fue contratado
como supervisor, y después como director de la casa de moneda.
Newton renuncio a su cátedra y dirigió sus esfuerzos para mejorar
mucho los trabajos de la moneda, para desgracia de los falsificadores
que proliferaban en esa época. Mantuvo su membresía en la Real
Sociedad y fue elegido presidente, Y reelegido cada año por el resto
de su vida. A los 62 años escribió Opticks,
donde resumió sus trabajos sobre la luz. Nueve años después
escribió una segunda edición de sus Principia.
Aunque
el cabello de Newton encaneció a los 30 años, siempre lo conservó
abundante, largo y ondulado y, a diferencia de otros contemporáneos,
no usó peluca. Era modesto, muy sensible a la crítica y nunca se
casó. Permaneció saludable en cuerpo y alma hasta la vejez. A
los 80 conservaba todos los dientes, su vista y oído eran agudos, y
su mente permaneció lúcida. En su vida fue considerado por sus
compatriotas como el más grande científico de todos los tiempos. En
1705 fue armado caballero por la reina Ana. Newton murió a los 85
años, y fue enterrado en la abadía de Westminster, junto con reyes
y héroes de Inglaterra.
Newton
demostró que el universo se rige por leyes naturales, que no son
caprichosas ni malévolas; éste fue un conocimiento que despertó la
esperanza y la inspiración de científicos, escritotes, artistas,
filósofos y personas de todos los andares de la vida que se dirigían
a la Edad de la Razón. Las ideas y puntos de vista de Isaac Newton
cambiaron verdaderamente al mundo y mejoraron la condición humana.
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